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sábado, 24 de septiembre de 2011

Capitulo 5. La hechicera.

Notas del autor: Insisto en que todos son solo bocetos. Si llegase a gustar lo reescribiría todo con mucho más explicaciones y situaciones más detalladas. También con posibles modificaciones en frases y nombres para darle más profundidad. También vuelvo a disculparme si la sangría y/o formato no son los adecuados, cuando copio del openword al blog se me desconfigura todo.
Espero que a alguien le guste lo que estoy escribiendo como ocio :P.
¡Saludos!




Capitulo 5. La hechicera.


Jozan y Strauss apuntaba firmemente con sus rifles a Taos y Blasterd, los cuales no sabían cómo salir de esa situación. No podían moverse ni para coger el arma porque les dispararía sin dudarlo. El tiempo no jugaba a su favor, en cuanto los capturaran a ellos irían tras Sarah y Lupita, este era el fin.
  • ¿Por qué nos perseguís? ¿Es por el atentado del rascacielos? .- Preguntó Taos.
  • Jajaja, ¿a quién le importa eso? Siempre es bueno que los rebeldes hagan actos que los hagan destacar, así se les puede echar las culpa de cualquier problema que haya en la democracia. No deberían subestimar al poder que controla los medios de comunicación, porque por muy nobles que sean vuestros actos siempre serán los culpables. .- Explicaba Strauss con una mirada prepotente, y una sonrisa de oreja a oreja por haber conseguido arrinconar a su objetivo.
  • Entonces, ¿Qué queréis de nosotros? .- Preguntó Blasterd.
  • De vosotros nada, queremos a Lupita. Sabemos que tú no tienes nada que ver con aquellos rebeldes del rascacielos, solo eres un pobre novato de vigilante que por casualidad tuvo un mal día y trato de hacerse el héroe tratando de capturar a los rebeldes. Pero te mezclaste con esa chica y ahora la proteges. Has hecho muy bien pero ya es hora de que vuelva con nosotros…
  • Es solo una niña normal y asustada que quiere volver con su padre, ¿Por qué ella? .- Continuaba preguntando Blasterd.
  • Nos llamaron preocupado de una chica con apariencia extraña, y que no hablaba el idioma. Nos da igual el porqué hablaba otro idioma o que visitera diferente, pero esas cualidades nos vienen perfecto para nuestros planes. Fingiremos pertenece al mal.
  • Pero, ¿Qué ganáis diciendo que Lupita es del mal?
  • ¡Miedo!. Si fingimos que esa chica es del mal, y lo hacemos públicos a todos los medios, la gente volverá a tener miedo del mal. El temor es la mejor forma de controlar la voluntad de las masas, nosotros luego seremos los héroes que los salvaron de una conspiración del mal, atacándoles y ganándolos en su propio terreno.
  • ¿Y si no os creen?
  • La gente se creerá cualquier cosa que le digamos, y si es una chica que habla a veces en otro idioma, es rubia, ojos verdes, esa ropa… Todo el mundo se lo creerá. Es completamente diferente a una chica normal.
  • ¿No se supone que la gente sabe que el mal son criaturas horribles, que controlan a las bestias y que usan magia negra? Solo por ver a una chica atada con un aspecto algo diferente no se lo creerá. Te exigirán ver esa magia tan famosa que usa el mal, y esos poderes.
  • Una bestia domesticada en sus pies, calmada y sin moverse, y la escena será completamente creíble. La gente es más fácil de engañar de lo que pensáis. Y ahora si no os importa dejemos de perder el tiempo, de rodillas, vamos a ataros. Nuestro superior, Spire, nos ha pedido que os llevemos vivo, héroe de la capital...
Taos podía ver en los ojos de Blasterd lo que estaba pensando. Demasiado temerario, va a tratar de ser lo suficientemente rápido como para sacar la pistola y disparar antes de que le disparen. No lo iba a conseguir, tenía que detenerle antes de que cometiera el error. Strauss presionaba para que se pusieran de rodillas con las manos en la cabeza sin más demora. Taos ya empezó a inclinarse pero Blasterd ni se inmutó.

Tal como temía, empezó a realizar el movimiento de mano para coger su arma, pero tal como advertía, Astruss realizó un gesto demostrando que se estaba fijando en el movimiento de mano de Blasterd. No había mucho tiempo para pensar todo iba a pasar muy rápido, Blasterd se llevo la mano hacia la cintura para coger el arma pero Astruss que se dio cuenta de sus intenciones se dispuso a dispararle. Taos no tuvo más opciones, estando medio en cuclillas se lanzó hacia Blasterd para interrumpir la trayectoria del disparo de Astruss. El disparo llego directo al pecho de Taos, el cual cayó directo al suelo sin realizar ningún momento innecesario. Estaba vivo pero sabía que la gravedad de la herida era tal que moverse solo podría suponer adelantar su muerte. Del bolsillo de Taos salieron rodando las dos esferas, Taos cogió una moviendo solamente la mano, pero en su estado no podía moverse ni un poco para coger la otra.

Sarah y Lupita corrían sin parar hacia la cima, estaban a punto de llegar.
  • ¿Que ha sido eso? .- Le preguntó Sarah a Lupita al escuchar el disparo.
  • No te pares tenemos que llegar a la cima rápido. – Contestó Lupita.
  • Si solo vamos hacia la cima, luego no podremos escapar.
  • Si en la cima hay lo que creo que hay, podremos escapar de todos los enemigos que se nos interponga.
  • Está bien Lupita, si tu lo dices confiaré en ti. Pero, aquel hombre estaba pensando en que en breves llegaría su compañera con muchos soldados. Si eso pasara Taos y Blasterd no aguantaría mucho.
  • ¿Cómo dices?
  • Nada, cosas mías.

Blasterd estaba demasiado sorprendido por lo ocurrido, cuando quiso darse cuenta Jozan se colocó en su espalda apoyando su fusil sobre su cuello. El sentimiento de culpabilidad era insoportable, sabía que Taos estaba ahí agonizando de dolor por su culpa, no debería haber intentado algo imposible. Taos a su vez, tenía un fuerte sentimiento de remordimiento sabiendo que iban a matar a su amigo y que el impotente no iba a poder hacer nada para evitarlo, su poca fuerza la gastaba en agarrar con ira la esfera suplicando fuerzas para salvarle.

-Eso te pasa por tratar de hacerte el héroe, tu amigo moribundo por tu insensatez, jajaja ¿no es una hermosa situación?.- Decía riéndose Strauss.
- Allí. .- Dijo con voz aguda Jozan señalando la otra esfera que salió rodando del bolsillo de Taos.
- ¿Qué es esto? .- Se preguntó Strauss mientras se agachaba a coger la esferas . - ¡Ains! ¡Qué es esto! ¡Cógela tu! .- Se quejo al coger la esfera y arderle la mano, por lo que la lanzó hacia Blasterd con intenciones de que le ardiera a él.

Blasterd cogió la esfera en el aire sin pensarlo para impedir que le golpeara. Ni siquiera pensaba en que la esfera le ardería la mano, solo pensaba en que Taos estaba asi por su culpa, y que tenía que hacer algo para salvarle.
  • ¡Tengo que sobrevivir y salvar a Blasterd! .- Pensaba con fuerza Taos.
  • ¡Tengo que buscar la forma de salvar a Taos! .- Pensaba con fuerza Blasterd.

La esfera de Taos empezó a brillar, y Taos empezó a desprender una luz blanca alrededor de su cuerpo. Astruss se desconcentró un segundo observando el brillo de Taos. Blasterd aprovecho ese despiste momentáneo para actuar rápido. Se agachó rápidamente un poco, y con un golpe de codo justo en la barriga de Jozan, lo consiguió desarmar y lo lanzó por los aires con una llave de judo. Todo sucedió exageradamente rápido, tanto es así que Strauss no se dio cuenta de lo que estaba pasando hasta que no estaba Jozan ya por los aires. Trato de levantar su rifle para apuntar a Blasterd, pero antes de que se diera cuenta tenia a Blasterd ya justo enfrente suya agarrándole el arma.

Era imposible, había recorrido los 10 metros que lo separaban en solo un instante, de hecho aun estaba Jozan por los aires. Ni siquiera le daba tiempo a Strauss a comprender que estaba pasando cuando ya Blasterd le arrebató el arma y le disparo en una pierna.

Justo cuando parecía que Jozan iba a caer en el suelo Blasterd lo volvió a agarrar. Disparándole también en la pierna y lanzándolo por los aires de nuevo. Fue entonces cuando Blasterd se percató de que su entorno estaba moviéndose mucho más lento, como si todo fuera a cámara lenta.

    Taos seguía brillando en el suelo, pero no Blasterd aun no podía descansar para atenderle, justo tras haber lanzado a Jozan empezaron a aparecer guardias por todas partes. Blasterd seguía viéndolo todo a cámara lenta, cogió su arma y empezó a dispararles uno a uno según iban apareciendo entre las rocas de la montaña.
Tras unos instantes dejaron de aparecer guardias, Blasterd aprovecho para coger a Taos y salir corriendo.
  • ¿Qué ha pasado aquí? .- Preguntó Cresten al llegar al lugar donde Blasterd había derrotado a los guardias.
  • Mi señora, fue uno de ellos, se movía muy raro. Era casi inhumano la velocidad de sus movimientos.
  • ¿Me estás diciendo que esto os lo ha hecho un único hombre?
  • Si mi señora, era muy rápido.
Cresten, enfadada, mató al guardia de un disparo.
  • Inútiles, si son vencidos por un solo hombre siendo ellos tantos no servían para nada. Tendré que ver con mis propios ojos cómo es ese hombre. .- Dijo Cresten mientras hacia una señal para que toda su guardia que iba detrás suya la siguieran.
Lupita y Sarah ya habían llegado a la cima. Se podía observar un antiguo templo, que claramente se podía observar que estaba siendo cuidado por alguien por su limpieza y buen mantenimiento. Lupita corrió hacia su interior y le pidió a Sarah que por favor esperara fuera mientras. Sarah se sentó junto a un estanque con agua a esperar a Lupita, mientras rezaba porque Taos y Blasterd aparecieran pronto. Sarah podía notar que en aquel lugar el viento soplaba demasiado fuerte…

Blasterd estaba agotado, llevaba corriendo un buen rato con Taos a cuesta, pero sabía que si paraba lo alcanzaría. Había dejado de brillar, tanto el cómo Taos. No podía más con sus fuerzas, cada vez corría menos, pero sus fuerzas realmente estaban agotadas y no podía hacer nada más. Cayó de rodillas y soltó un momento a Taos para recuperar el aliento. Taos había perdido el conocimiento, pero no estaba muerto seguía vivo respirando. Aprovecho el respiro que se estaba dando para extraer la bala del cuerpo de Taos, pero para su sorpresa ya no había bala. Temía que la bala le hubiera traspasado de un lado a otro, pero al verle la espalda vio que no era así, simplemente la bala había desaparecido. Blasterd pensó en la posibilidad de que se le hubiera caído, aunque rápidamente comprendió que eso no era muy lógico.

El descanso de unos segundos fueron demasiados largos, a lo lejos los guardias empezaron aparecer. Nunca podría escapar de ellos con Taos a cuesta. Antes de que se diera cuenta volvía a estar rodeado de soldados, esta vez mucho más numerosos.
  • ¡Ya basta de tanto jugar al gato y al ratón! .- Gritó Cresten .- ¡Rendiros, estáis cansado y malheridos, no podéis escapar!
Blasterd estaba furioso, sabía que tenía razón. Saco la esfera esperando a que volvieran a brillar como lo hizo hace unos momentos y pudiera escapar de aquella situación, pero no ocurrió nada. Todo se movía a la velocidad normal, no volvió a ocurrir ese efecto de cámara lenta que le permitió escapar la última vez.
  • ¡Capturarle!
  • Un momento, un momento. ¿A qué viene tantas prisas? .- Dijo una voz que se escuchó a lo fondo.
  • Esa voz… .- Pensaba Blasterd .- ¿Lázaro?
A lo lejos se veía la figura de Lázaro montado a caballo, con dos caballos más siguiéndole. Blasterd agradecía su valentía, pero aquella locura lo iba a matar. Pero para su sorpresa todos los guardias, incluida Cresten, se pusieron de rodilla permitiéndole el paso.
  • Se… ¡señor presidente! ¿Qué haces usted en un lugar como este? .- Le preguntó Cresten.
  • ¿Señor presidente? .- Le preguntó Blasterd.
  • Ya os lo explicaré, coge este caballo y sal corriendo hacia la cima. Llévate a los demás caballos también os servirán luego para huir. No quiero tener nada que ver con cosas problemáticas, así que solo os ayudaré esta vez. .- Le dijo Lázaro a Blasterd susurrándole al oído. Blasterd asintió con la cabeza y fue corriendo hacia la cima.
  • Señores os estáis confundiendo.
  • Señor presidente, ¿de qué hablas? .- Le preguntó uno de los guardias.
  • En verdad sois víctimas de un virus mortífero. Un virus que hace que obedezcáis órdenes sin sentido y que os lo creáis.
  • No entendiendo nada señor presidente. .- Le pregunto el soldado que estaba más cerca.
  • Veras hijo, te lo voy a demostrar. Pégate un tiro. .- Dijo Lázaro con una amplia sonrisa.
  • Vale señor.- Dijo sonriendo el soldado, mientras se pego un tiro en la cabeza.

Cresten dejo de sorprenderse y trato de meditar la situación, el presidente no podía estará allí ahora mismo, pues él estaba en la capital. Además que significaba todo ese teatro de un virus tan absurdo… Rápidamente lo comprendió.
  • ¡Es una trampa! ¡Es un impostor no le hagáis caso!
  • Me haríais caso aunque no queráis, pero como no quiero problema simplemente desapareceré jajaja. .- Dijo Lázaro mientras desaparecía.

Aunque a Blasterd no le quedaran fuerzas apenas para moverse, gracias a los caballos de Lázaro llegaría en breve a la cima. Estaba demasiado preocupado por Taos como para pensar en ese detalle de que le confundieran con el presidente pese a su gran diferencia física. Ya podía ver en la cima el templo con Sarah sentada y Lázaro a su lado.
  • ¿Lázaro? ¿Cómo llegaste antes que nosotros?
  • ¡Taos! ¡Oh Dios mio Taos! ¿Qué os ha pasado? .- Preguntaba aterrorizada Sarah al ver a Taos desmayado.
  • Le dispararon en el pecho.
  • ¿Y cómo es que no sangra?
  • No lo sé… .-Decía ya sin fuerzas apenas Blasterd.
Algo le pasaba a Blasterd, apenas podía moverse, estaba exhausto. Aquello que hizo durante su enfrentamiento con Jozan y Strauss le ha dejado sin fuerzas alguna. Taos recupero el conocimiento entre agonía de dolor, sus gritos asustaban a Sarah que no hacía más que buscar la forma de taparle la herida, aunque no sangraba ni se le veía la bala por ninguna parte.

Con Blasterd sin apenas poder moverse, Taos malherido, y Sarah sin ningún tipo de arma, eran un blanco fácil sin ningún lugar donde esconderse.

Efectivamente no tardaron en llegar los guardias, con Cresten acercándose tranquilamente sabiendo que no tenían lugar donde esconderse y viendo que la situación era totalmente favorable para ella.

Los guardias rodearon todo el templo, eran demasiados como para poder huir por ningún rincón. Cresten se acercó lentamente hacia Blasterd y Taos buscando quien había sido el que había derrotado a sus guardias, pero Sarah, aun sin ningún tipo de arma, se puso delante de ella impidiéndole el paso.
  • ¿Qué haces niña?
  • ¡No te dejare ponerles las manos encima vieja!
  • ¿A quién estas llamando vieja mocosa?
Sarah se puso en posición de lucha, estaba dispuesta a luchar con los puños.
  • Así que quieres pelea. Vale, ¡pues lo tendrás! .- Dijo Cresten mientras guardaba su fusil y sacaba su látigo con el que castiga a sus guardias en los entrenamiento.
Sarah apretaba sus puños sabiendo que ganara o perdiera no podría cambiar nada, pero estaba dispuesta de luchar hasta el final y que nadie diga que no se defendió.

Cresten lanzó su látigo directo hacia Sarah, la cual la evito con una voltereta hacia atrás. Sarah era muy ágil, había entrenado mucho arte marciales y defensa personal por el miedo continuo al saber que estaba siendo observada.

Cresten lanzaba una y otra vez su látigo, pero Sarah con facilidad lo evitaba saltando de un lado hacia otro. Su habilidad para leer la mente le estaba sirviendo para averiguar en qué momento justo pensaba atacar y donde, así que le resultaba fácil esquivar los golpes. Esto empezó a irrita mucho a Cresten la cual empezaba cada vez a ser más rápida, sin lograr nada.

Taos seguía agonizando de dolor, y uno de sus últimos gritos hizo que Sarah girara la vista, momento que Cresten aprovecho para atacar. Sarah consiguió esquivarlo a tiempo pero le alcanzo a la ropa haciéndole una raja, solo unos milímetros más cerca y le hubiera dado. Pero mientras se distraía en pensar lo cerca que estuvo se despisto sin leerle la mente y Cresten logro alcanzarle con un segundo latigazo.

La herida no fue profunda, pero si era bastante doloroso, causándole una raja en el pecho. Ahora podía entender porque se usaba como castigo, no hacia heridas profunda pero si heridas dolorosas. Si se distraía y le daba varias veces más el dolor le supondría una clara desventaja, no podía permitir que la volviera a golpear. Cuando Cresten se dispuso de nuevo a atacarla, con un salto rápido hacia atrás y levantando el puño consiguió que el látigo se le enrollara en el brazo. Agarrando con fuerza el látigo, comenzó un forcejeo entre Cresten y Sarah tirando del látigo cada una de un extremo. Tras un momento de tensión Sarah logró con un último esfuerzo arrebatarle el látigo y lanzarlo lejos.

El combate por fin se había igualado, ahora era mano a mano entre las dos. Lamentablemente para Sarah, Cresten también se defendía perfectamente con los puños. Por lo que empezaron un largo combate entre las dos el cual parecía no tener fin. Cresten era demasiado habilidosa como para dejarse golpear por Sarah, a su vez Sarah leía los movimientos que Cresten realizaba antes de que esta los ejecutara. Por lo que el combate parecía no tener fin.

Tras un largo rato luchando, ambas empezaron a sentirse exhausta. Mirandose fijamente con la respiración acelerada, Cresten decidió poner fin a dicho entretenimiento.

  • ¡Se acabó! ¡Basta de juego, cogerlos!
Los guardias se arrimaron lentamente, no podían hacer nada.
Justo en ese momento salió finalmente Lupita del interior del templo. Con la mirada seria salía andando serenamente. Los guardias pararon esperando instrucciones de Cresten ante la nueva situación.
  • Así que ahí te escondías. Genial, a por ti venia. Vendrás con nosotros sin resistencia.
  • No voy a ir a ninguna parte.- Respondió Lupita sonriendo dulcemente, mientras agarraba con fuerza su bastón.- Más bien, pienso castigaros por todo lo que habéis hecho.
  • ¿De qué estás hablando? ¿Otra chica que quiere hacerse la heroína?
  • ¿Lupita? .- Preguntó Sarah al ver tan tranquila a Lupita y rebosante de confianza.
Lupita coloco su mano encima de la cabeza de Sarah, mientras esta le leía su pensamiento. “Tranquila Sarah, todo irá bien, yo me encargo del resto”. Empezó a girar con fuerza su bastón en círculos, mientras seguía andando acercándose a los guardias.
  • ¡Pagareis por vuestros pecados! ¡¡Viento ven a mí!!.- Gritó fuerte Lupita.
Con fuerzas golpeó con el bastón el suelo, y poderoso viento surgió de su alrededor. Una aurora de viento la rodeaba, cogió el bastón de nuevo y apunto hacia una dirección al azar, y un gran impulso de aire salió disparado en esa dirección lanzando por los aires a cuantos guardias pillaba en el camino. Con un movimiento que parecía una danza apuntaba hacia otras direcciones, haciendo volar a todos los guardias.

Cresten asustada corrió a coger su látigo y lo lanzo directo hacia Lupita, pero esta con otra danza hizo que el agua del estanque que había la rodeara y la protegiera del golpe.
  • Lo que estas usando… es… ¡es magia! Eso no es posible, solo los del mal pueden usar magia. – Decía asustada Cresten.
  • Yo no soy del mal, solo soy una hechicera.
  • ¿Acaso no es lo mismo?
  • No sé quien es tu mal y quien es tu bien, yo solo soy yo, una hechicera que se ha perdido y quiere regresar a casa.
  • Eres una chica del mal, ¡realmente eres del mal! ¡estamos todos en peligro!
  • “…” .- Lupita no sabía que responder, solo se quedaba en silencio, ella realmente no sabía qué era eso del bien o del mal. .- Si fuera el mal seria un ser horrible, sin embargo a diferencia de vosotros no voy a matar a ninguno, solo apartaros de nuestro camino e irnos. ¿Quién es realmente el malo y el bueno?
  • El mal eres tú.
  • ¿Por qué?
  • Porque eres diferente a nosotros, porque haces cosas que nosotros no hacemos.
  • ¿No debería ser el mal el que haga más maldades?
  • ¿Y vosotros no hacéis maldades?
  • ¿Acaso no hacemos todas maldades en mayor o menor medidas?
  • No me engañaras, tú eres el mal, eres la que está usando la magia.
  • Si usar la magia para salvar mi vida, y la de mis amigos, hace que sea del mal, entonces sí, soy del mal.

Con otro movimiento de bastón, creo un pequeño ciclón de viento, que mezcló con el agua, creando un torbellino de agua, el cual lo lanzo directamente hacia Cresten.
  • ¡Montaros en los caballos, nos vamos! .- Gritó Lupita.
  • ¡No lo dejéis escapar! .- Gritó Cresten.
Los guardias empezaron a levantarse dispuesto a lanzarse sobre el grupo. Lupita volvió a dar un par de giros, como si de una danza se tratase, y al hincar en el suelo el bastón grito “¡Ventisca!”, y una onda expansiva salió disparada en todas direcciones derribando a todos los guardias, y formando alrededor del grupo una poderosa ventisca que hacía perder a todos el equilibrio.

Blasterd y Sarah se montaron en sus caballos, mientras Lupita con su viento levanto a Taos sin esfuerzo y lo subió en su mismo caballo. Una vez montados, salieron corriendo del lugar aprovechando que todos los guardias estaban derribados, consiguiendo escapar de aquel lugar.